“Trump da un paso atrás frente al precipicio de una guerra comercial total” – BBC News Mundo
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- Autor, Anthony Zurcher
- Título del autor, Corresponsal para América del Norte, BBC News
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Durante días, Donald Trump y su equipo de la Casa Blanca insistieron en su firme compromiso con su decisión de imponer aranceles “recíprocos” generalizados a docenas de países.
Incluso ridiculizaron una información surgida el martes que indicaba que el presidente estaba considerando una pausa de 90 días para los aranceles, noticia que desencadenó un breve repunte en la bolsa.
Pero ahora esa pausa de 90 días en el aumento de los aranceles, con algunas excepciones notables (los de China aumentaron hasta el 125%), es una realidad. La reorganización del orden económico mundial está en suspenso, y la promesa de Trump de una era dorada para la manufactura estadounidense tendrá que esperar.
La Casa Blanca ha afirmado que imponer aranceles a gran escala y luego pausar la negociación, antes de iniciar negociaciones con países individuales, fue el plan desde el principio.
“Más de 75 países se han puesto en contacto con nosotros, y me imagino que, después de hoy, habrá más”, declaró a la prensa el secretario del Tesoro, Scott Bessent, poco después del anuncio.
Ese planteamiento de la Casa Blanca no es sorprendente, por supuesto. Y es difícil ignorar el pánico inversor, la caída en el mercado de bonos y la creciente desaprobación pública de los aranceles que precedieron al anuncio.
¿Se trató entonces de una retirada estratégica ante una resistencia inesperada o de otro ejemplo del “arte de negociar” de Trump en acción?
Detalles confusos
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Los asesores de Trump, muchos de los cuales afirmaron que este nunca cedería, no tardaron en celebrar la decisión del presidente.
El asesor comercial Peter Navarro afirmó que el plan arancelario de Trump “se desarrolló exactamente como debía”.
“Claramente no entendieron lo que el presidente Trump está haciendo aquí”, declaró la secretaria de prensa Karoline Leavitt a un grupo de periodistas. “El mundo entero está llamando a Estados Unidos”.
Trump suspendió el aumento de aranceles durante 90 días, pero intensificó la guerra comercial con China.
En un principio, la Casa Blanca fue poco clara sobre los detalles de la suspensión arancelaria de Trump, anunciada a través de una publicación en red social Truth Social: ¿Se aplicó la suspensión de los aranceles a la UE? ¿Se incluyeron de alguna manera México y Canadá, que habían evitado los aranceles base originales del 10%? ¿Se vieron afectados los aranceles dirigidos a sectores específicos?
Finalmente, aclararon algunas cosas sobre este asunto, pero durante horas los socios comerciales de Estados Unidos tuvieron que analizar la publicación de Trump en Truth Social y extraer detalles de las respuestas a las preguntas gritadas por los periodistas en los círculos de prensa de la Casa Blanca.
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“Se está tambaleando”
El miércoles por la tarde, Trump reconoció que los mercados se habían mostrado “bastante pesimistas” y que “la gente se estaba poniendo un poco nerviosa”, una reflexión que desmintió parte de la bravuconería que expresó la semana pasada y que podría indicar la verdadera razón de su cambio de rumbo arancelario.
Sin embargo, insistió en que su anuncio arancelario era necesario y que cualquier perturbación económica reflejaba una enfermedad que se había dejado enquistar en la economía estadounidense.
Los demócratas, por su parte, pintaron un panorama menos optimista. El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, acusó a Trump de “gobernar desde el caos”.
“Se está tambaleando, se está replegando, y eso es bueno”, dijo.
Al final, el razonamiento detrás de la decisión de Trump puede que no importe realmente.
La realidad es que Estados Unidos ahora está haciendo las paces, o al menos está mejorando las relaciones, con las naciones que enfrentan su represalia comercial. Está permitiendo que el mercado bursátil se recupere y se está inclinando hacia una guerra comercial con China, a la que el presidente impuso aranceles del 125%.
Esto tendrá sus propias repercusiones económicas globales, pero se ajusta más a la reciente política exterior estadounidense, incluida la del presidente demócrata Joe Biden, que busca limitar las ambiciones chinas.
La gran incógnita, sin embargo, es si las acciones de Trump de la última semana —que provocaron conflictos entre sus aliados y amenazaron el orden global establecido— habrán dificultado la implementación de dicha estrategia.
Y en 90 días, cuando expire la pausa de Trump, el drama y la incertidumbre económica de esta semana podrían comenzar de nuevo.
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