Sánchez aborda la reunión más compleja para negociar su investidura


Pedro Sánchez se ha situado en modo negociador en esta fase clave para su investidura y casi no descarta nada. El foco lo ha puesto en superar la barrera de la votación en el Congreso y fraguar una alianza de apoyos suficientes y más o menos estables, no solo para arrancar este mandato, sino para profundizar en los proyectos y avances que definan su paso por el Gobierno, especialmente en el histórico problema territorial de Cataluña. En ese contexto, por necesidad de los votos y para ir normalizando relaciones enquistadas, quiso retomar el pasado miércoles la conexión con el líder máximo de ERC, Oriol Junqueras, tras haber firmado en la anterior legislatura su polémico indulto después de que el republicano pasara cuatro años en prisión condenado por su participación en el proceso independentista de 2017. Este viernes le tocan las citas más complejas, primero con EH Bildu y luego con Junts, el partido de Carles Puigdemont. Sánchez no descarta tener en algún momento de esta negociación una conversación con Puigdemont. EH Bildu no tiene prevista una charla de su líder, Arnaldo Otegi, con el candidato socialista.

El presidente del Gobierno en funciones y candidato socialista a la reelección no descarta llegar a hablar con el expresidente catalán Carles Puigdemont para lograr su investidura, aunque tampoco lo confirmó abiertamente este jueves durante la celebración de la Fiesta Nacional. Sánchez comentó con los periodistas durante un corrillo tras la recepción en el Palacio Real con motivo del 12 de octubre que él se reúne con todos los grupos parlamentarios menos con Vox para situar en ese marco el sentido de ese hipotético contacto. Ante la insistencia de los periodistas sobre si hará lo mismo que hizo el miércoles con Oriol Junqueras, con quien habló por teléfono antes de reunirse unas horas más tarde en el Congreso con el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, el candidato socialista ha aclarado que con la formación republicana mantiene una relación de cinco años y, por lo tanto, entiende que hablar con Junqueras es algo coherente con esa relación, aunque hasta ahora no había retomado esa conexión con el líder republicano desde que fue condenado. La comunicación entre Sánchez, Puigdemont y Junts en el anterior mandato fue inexistente y ese grupo fue uno de los más duros contra el PSOE y sus propuestas en el Congreso.

Los periodistas han insistido en cuestionar a Sánchez si descarta entonces hablar con Puigdemont, el expresidente catalán fugado de la Justicia española desde su participación decisiva en el otoño de 2017 en las leyes de desconexión del Parlamento catalán y en la posterior declaración unilateral de independencia. Y el líder del PSOE ha respondido: “Estamos en plena negociación”.

Fuentes del entorno del presidente han querido minimizar la trascendencia real de esas frases, que algunos de los presentes han interpretado tanto como que no descartaba esa posible conversación como que la rechazaba, y han preferido destacar la relevancia del plan de fondo del presidente tanto para Cataluña como para España y que resumen en la idea de continuar avanzando en el desarrollo de más derechos y una mejor convivencia de todos los ciudadanos.

El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, y del PP, Cuca Gamarra, en la tribuna del desfile del Día de la Fiesta Nacional, este jueves en Madrid.Samuel Sánchez

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Uno de los miembros más relevantes del Ejecutivo, sin embargo, sí diferenció entre el contacto directo con Junqueras (”que es una cosa distinta y quiere pasar página”) con lo que sería ahora una interlocución con Puigdemont y remachó que no la veía muy viable: “No, ni ellos lo están pidiendo ni nosotros nos lo hemos planteado”. Pero otro componente del Gabinete matizó: “Ni abrimos ni cerramos esa puerta”. Lo que sí hicieron este jueves varios dirigentes próximos a Sánchez fue justificar la exposición tan dura que realizó el miércoles en el Congreso el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, cuando rechazó de plano un pacto global de legislatura. En el sector del PSOE en el Gobierno interpretan que Rufián ahí quiso “reafirmar su postura negociadora”, que algunas fuentes ven cuestionada incluso dentro de su formación. En el PSOE lo que valoraron más fue el contenido de los dos comunicados emitidos esa jornada tanto por ese partido como por ERC, que era casi idéntico en su disposición a negociar.

Cuando se le ha preguntado en la recepción del Palacio Real a Sánchez sobre la posible ley de amnistía que el PSOE lleva ya semanas negociando con varios partidos nacionalistas sobre los condenados del proceso independentista, el líder socialista ha indicado que ha constatado de su ronda de reuniones de estos días que hay cinco grupos parlamentarios que le han pedido y respaldado esas medidas de gracia, que sumarían en torno a 56 diputados al margen del PSOE. Esos grupos serían Sumar, ERC, Junts, EH Bildu y PNV. El aspirante a continuar en La Moncloa ha ratificado de nuevo que todo lo que haga su partido al respecto será dentro de la ley y de la Constitución y ha dado a entender que el PSOE tiene su propia alternativa, que explicará en cuanto acabe esa ronda con los partidos políticos.

La cita de Sánchez con la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, empezará este viernes a las 11.00, pero antes, a primera hora, el líder del PSOE estará en la misma sala con la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua. Ni La Moncloa ni fuentes de EH Bildu tienen prevista ningún tipo de conversación previa o posterior entre Sánchez y el actual coordinador general de la formación abertzale, Arnaldo Otegi. EH Bildu fue en la anterior legislatura un aliado bastante habitual y previsible en la mayoría de las iniciativas y reformas emprendidas por el Ejecutivo entonces del PSOE y Unidas Podemos, pero tanto en la campaña electoral de las municipales de mayo como este mismo jueves entre el público que se encontraba más cercano a las autoridades en el desfile de las fuerzas armadas en plena fiesta nacional se hizo muy presente el lema de “qué te vote Txapote” para criticar los apoyos parlamentarios de Bildu al Ejecutivo de Sánchez. Tras las elecciones del 23 de julio fue EH Bildu uno de los primeros grupos que avanzó que su voto positivo a Sánchez sería seguro y sin “líneas rojas”, como señaló a primeros de septiembre el propio Otegi para evidenciar que su coalición lo que quiere es evitar a toda costa un gobierno de la derecha, el PP, con la ultraderecha de Vox.

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