ReconoceR
La rutina no nos pertenece, hoy Didi lo enseñó… y yo llegué tarde
Todo iba bien: café, perfume, celular, pedir el Didi… y nada.
La app colapsó y con ella medio país. Desde las 4:45 a.m. hubo reportes; a las 7:30, más de 1,800 usuarios reclamaban que el mapa no cargaba. Algunos tuvieron que pagar en efectivo, otros temen el doble cobro y todos llegamos tarde, aunque el tráfico ni culpa tenía.
La neurociencia explica que cuando algo tan cotidiano falla, el cerebro entra en modo alarma. La amígdala se activa, el cortisol sube y sentimos que el mundo se desordena. No huimos de un tigre, sino del reloj y del WhatsApp del jefe.
Lo divertido es que parece un colapso digital, pero en realidad es uno emocional. Un país entero renegando porque una app no respondió. Quizá Didi solo vino a recordarnos que el control es una ilusión con Wi-Fi. Que la rutina no nos pertenece y que, si el algoritmo se cae, también podemos reír, respirar… y llegar tarde, pero humanos.
Soy Leticia Pérez
Instructora en ICATEQ y autora de Reconocer, una columna sobre lo humano en lo digital 🌐✨



