Nos han robado nuestro espacio


A diario, las personas irrumpimos de forma indiscriminada e inconsciente en el espacio de los demás. No necesariamente un espacio físico, sino también acústico, visual y, por lo tanto, mental. Nuestros estilos de vida frenéticos e individualistas nos llevan a actuar de manera egocéntrica, imponiendo nuestra presencia por encima de la de los demás y rompiendo con su orden. Reflexiono sobre esto sentada en el tren mientras la mujer a mi lado escucha con un volumen ensordecedor vídeos en su teléfono y con el sacudir de sus piernas me golpea de vez en cuando, interrumpiendo mi lectura. Reflexiono así sobre todas las ocasiones en las que, de joven y no tan joven, he podido invadir el espacio de otros sin ser consciente de la expansión de mi presencia. A primera vista parece un problema menor, pero es realmente sorprendente el modo en que las personas colaboramos en la generación de un ruido mental que nace del asalto recíproco de nuestros espacios personales.

Diana Bertolín Rico. Vilassar de Mar (Barcelona)

Mediación y respeto

Como docente intento mediar entre mis alumnos en los conflictos que surgen en el aula. Les digo que quien pierde las formas pierde la razón, de la importancia de mantener las normas de educación, del respeto a los demás… Intento vano si después ven a nuestros políticos comportándose sin ningún respeto a las más elementales normas de educación y cortesía. Intento vano si una madre se permite amenazarme delante de su hijo, si en una reunión de una comisión del consejo escolar amenaza al director con que no llegará a diciembre. Cada vez nos lo ponen más difícil.

Ester Diz Ardid. Orihuela (Alicante)

¿El país en peligro?

Las personas que están manifestándose en las sedes del PSOE creen estar salvando su país y su democracia, y no reciben estos mensajes por vía de un grupo ultra agitador. Al igual que los asaltantes del Capitolio estadounidense en 2021, los manifestantes contra Sánchez están siendo alentados por sus líderes políticos. ¿De verdad podemos pedirle a un manifestante de la calle de Ferraz que reflexione sobre si de verdad está en peligro la democracia, cuando quien está asegurándolo es el líder de la oposición, y una parte del Consejo General del Poder Judicial? El peligro no está en la calle.

Mario Torres Mas. Valencia

Perdidos

Desde pequeñitos nos obligan a elegir: ¿a quién quieres más a papá o a mamá? Quizás por eso tengamos grabado a fuego en nuestro subconsciente la necesidad imperiosa de formar parte de un bando: el único válido, por supuesto. Además, no basta con elegirlo, sino que hay que convertir en enemigo acérrimo e irreconciliable a todo aquel que forma parte de —como en la isla de Perdidos (la icónica serie de J. J. Abrams)— los otros. ¿Xi Jinping o Trump?, ¿Israel o Hamás?, ¿Amnistía o ultraderecha? Pongan aquí ustedes cualquier otra dicotomía. Nos hemos convertido en una sociedad bipolar, donde solo se nos permite escoger entre dos sacos cerrados: ambos rebosan estiércol, pero en cuanto nos metemos en uno, el nuestro no huele y el de los otros apesta. Ni a papá. Ni a mamá… Algunos preferimos ser huérfanos.

Alberto Garza Cortes. Huétor Vega (Granada)



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