Multas de $85 mil para taxis piratas


Choferes de taxis amarillos denunciaron que el aumento de unidades particulares que dan servicio “pirata” se ha convertido en uno de sus principales problemas, al enfrentar una competencia desleal. Mientras que la Agencia de Movilidad del Estado de Querétaro (AMEQ), informó a través de su titular, Gerardo Cuanalo Santos, que las multas para quien incurra en esa anomalía es de 85 mil pesos más el envío del auto al corralón.

Aunque no dio una cifra, el funcionario del Gobierno del estado agregó que se ha detectado esa manera de trabajar por parte del personal del área de inspección, con relación a algunas personas que evaden toda ley y reglamento.

“Cada vez hay más taxis piratas, y si no hacen algo luego se va a poner peor para nosotros”, advirtió Efrén, quien indicó tener 15 años en ese oficio, prácticamente desde que llegó a Querétaro desde su natal Pedro Escobedo.

A la par, afirmaron que cada vez son más los asaltos que se presentan en contra de ellos, lo que de manera constante los pone en peligro, ya que en el menor de los casos reciben golpes, aunque algunos de han resultado lesionados y en casos extremos les quitan el vehículo, que si bien les va lo encuentran desvalijado.

Mientras tanto, consideraron que el servicio “pirata” es para ellos un serio problema el que ahora enfrentan, además de la competencia de las plataformas, el Qrobús y el servicio gratuito de los autobuses amarillos. Este medio de comunicación pudo constatar lo anterior en el cruce de Avenida de la Luz y Avenida de la Piedra, así como en La Obrera.

En uno de los casos, el conductor de una camioneta perteneciente a una empresa, la cual transportaba a personal de la misma, en sus ratos libres hacía esa función de taxi al recoger pasaje en Avenida de la Piedra hacia Paseos de San Miguel, Loarca y 10 de Abril, entre otras colonias. Se pudo observar que la gente accedía, porque los autobuses tardaban demasiado debido a las obras de Paseo 5 de Febrero.

En su manera de trabajar, esos autos particulares, sin ninguna identificación, se acercan a las paradas donde hay algo de gente, bajan el vidrio del copiloto y ofrecen llevar a varias personas en algún recorrido que hagan las unidades de transporte público, con el “gancho” de llegar más rápido.

Los mismos taxistas que fueron consultados por Diario de Querétaro mencionaron que de manera abierta hay una base de taxis “piratas” a un costado del Colegio Salesiano que está en Avenida Zaragoza y calle Melchor Ocampo, a unas cuantas calles de la misma AMEQ.

“A pesar del peligro, yo no le tengo tanto miedo a los asaltos, sino a la competencia de las plataformas y ahora a los piratas que están fuera de la ley”, expresó David, quien compartió que su temor aminora a la inseguridad por el hecho de que aprendió a conocer a los pasajeros con sólo ver su apariencia.

Por lo tanto, para él el principal problema es ver cómo el gremio al que pertenece se ha ido en picada, por todo lo que tienen que desembolsar para estar en regla; sin embargo, aseveró que hay quienes trabajan al margen de la ley hace varios años.

“Desde hace unos cinco años, cuando estaba la pandemia, muchos empezaron a meterse a dar el servicio con su carro particular, sin contar con un permiso para hacerlo. De ahí se agarraron y se dieron cuenta que tiene una entrada extra”, comentó José, otro de los trabajadores del volante.

En cuanto a la inseguridad que deben enfrentar los taxistas, Jesús, otro de ellos, dijo que en una ocasión vio cuando asaltaban a un colega suyo, por lo que pidió apoyo a la base y ellos mismos lograron detener a un hombre y una mujer que además de haber robado al conductor de la unidad lo habían golpeado.

“Pudimos haber hecho lo mismo, pero luego nos buscan y sale peor. Mejor se los entregamos a los policías, aunque lo más seguro es que los hayan soltado pronto, porque no quisimos poner la denuncia; eso nos quita tiempo y preferimos trabajar”, platicó.

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Es por eso, expresaron, que tienen un sistema de comunicación por radio, pero saben que hay momentos en los que no pueden hacer nada si los delincuentes portan armas de fuego. José mencionó que no da tiempo de nada al encontrarse en desventaja, ya que por lo regular cuando la gente los aborda se suben en la parte posterior y no observan los movimientos que hacen las personas.

“Apenas sacamos algo para la casa con toda la competencia que tenemos y luego que alguien nos lo quite en un rato…”, refirió, al argumentar que, a lo largo de casi 30 años de trabajar en ese oficio, le ha tocado ver infinidad de cosas, a pesar de que Querétaro es una ciudad que goza de cierta tranquilidad.



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