Monta puestos pierden empleo
Son quienes ponen las estructuras de los puestos del tianguis de La Cruz, en realidad ni siquiera tienen un nombre como tal comenzaron el oficio hace 44 años con Leo, quien luego lo heredó a su hijo David y desde entonces muchos han trabajado armando estos puestos.
Uno de ellos es Rubén, vecino de La Cruz y que desde los 17 años se dedica a esto.
“Comencé siendo muy joven, tenía 17 años y me contrató don Leo, hoy ya tengo mis propios puestos a los que les trabajo. En la semana luego me voy a trabajar de albañil”, mencionó quien junto con su mamá han encontrado en el tianguis una manera de apoyar el gasto familiar, ella vendiendo tortas, esquites, “dorilocos” y churros para sobrevivir.
No es tarea fácil ser monta puestos del tianguis, menciona David, quien tiene más de 30 años en este trabajo. “Aquí no hay descansos los fines de semana, tenemos que empezar desde las 8 de la noche a acarrear los tubos para comenzar el armado, le paramos entre 5 y 6 de la mañana”.
Entre 30 y 40 hombres se ganan la vida semana a semana en esta actividad, sin seguridad social, prestaciones o cualquier otra protección. “No tenemos seguro, nos hemos descalabrado, cortado, hemos trabajado con lluvia, frío, calor (…) como sea, pero siempre está todo listo para cuando los de los puestos lleguen a colocar su mercancía”, aseguró Agustín, quien durante la semana se dedica a lavar carros en la explanada del mercado donde ayer se comenzó la obra de un estacionamiento.
Con esta construcción, dice, él pierde sus dos fuentes de empleo seguras, por lo que reclama que a ellos, los monta puestos, no los tomaron en cuenta. No recibirán algún apoyo económico por parte del municipio y los dejan prácticamente sin nada, “a nosotros nadie nos tomó en cuenta, Rangel (líder de los tianguistas) ni siquiera vio por todos”, dice.
Mismo caso que “Don Beto”, un hombre discapacitado por el mal de Parkinson, diabetes e hipertensión y cuyo panorama es desolador, sin seguridad social para atenderse y ahora sin este empleo que le daba para comprar medicinas. “Ya en (Secretaría del) Bienestar me dijeron que no me darían nada, gasto mucho en medicina y ahora con esto (la obra del estacionamiento) no sé qué hacer, por mi enfermedad nadie me va a dar empleo”.
Para ellos, construir un estacionamiento en la explanada del mercado no es tan necesario, “si los locatarios, sus empleados y la gente que trabaja por aquí no estacionaran sus vehículos, no tendríamos el problema de estacionamiento (…) si vienen a las 11 de la mañana un día entre semana se darán cuenta que está lleno el estacionamiento, pero el mercado está solo”.
FUTURO INCIERTO
Dado a que los más de 400 tianguistas serán reubicados a partir del 24 de septiembre a la explanada de Plaza de las Américas, los armadores están en una situación incierta pues hasta la mañana del domingo no sabían qué destino tendrían.
“No nos han dicho nada, no sabemos si habrá una bodega por la plaza para poder guardar los tubos y las lonas; nosotros no tenemos la infraestructura para acarrear desde la bodega que tenemos en Damián Carmona hasta la plaza, además es peligroso por la banda qué se junta de San Francisquito”, aseguró David.
“Si no se llega a un acuerdo, nosotros les entregamos sus cosas a los comerciantes y ya, no nos sale andar llevando tubos”.
Con un panorama incierto para este sector, la preocupación y la nostalgia se hacen presentes, “para el lunes tenemos que ver dónde nos empleamos para sacar nuestro gasto extra, si está difícil”.
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A decir de estos trabajadores, ellos tienen mucha responsabilidad con los puestos, pues si un tubo se pierde, se desgarra una manta o algo pasa ellos son responsables y deben pagar el costo o reponer la pieza.