El exvicepresidente Mike Pence dice que no puede “en conciencia” pedir el voto para Trump


Como “demasiado honrado” definió Donald Trump a Mike Pence, que fue su vicepresidente entre 2017 y 2021. Ahora, alegando razones de conciencia, Pence ha anunciado que no pedirá el voto por el que fue su jefe para las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre. Es un gesto simbólico y a la vez extraordinario. Pence lleva enfrentado a Trump desde que se negó a plegarse a sus deseos y saltarse la Constitución el 6 de enero de 2021, el día del asalto al Capitolio, cuando decidió seguir adelante con la certificación de Joe Biden como ganador legítimo de las elecciones.

“Donald Trump está persiguiendo y articulando una agenda que está en desacuerdo con la agenda conservadora en la que gobernamos durante nuestros cuatro años. Por eso no puedo en conciencia apoyar a Donald Trump en esta campaña”, ha dicho Pence en declaraciones a la conservadora Fox News.

“Durante mi campaña presidencial, dejé claro que había profundas diferencias entre el presidente Trump y yo en una serie de cuestiones. Y no solo nuestra diferencia sobre mis deberes constitucionales que ejercí el 6 de enero”, se ha explicado el exvicepresidente. “A medida que he visto cómo se desarrollaba su candidatura, le he visto alejarse de nuestro compromiso de hacer frente a la deuda nacional. Le he visto empezar a alejarse de su compromiso con la santidad de la vida humana. Y esta última semana, su marcha atrás a la hora de mostrarse duro con China y apoyar los esfuerzos de nuestra administración para forzar la venta de TikTok, de ByteDance”, ha añadido.

Pence presentó su propia candidatura a las elecciones primarias y participó en los primeros debates de candidatos. Enseguida, sin embargo, se dio cuenta de que no contaba con el respaldo de las bases del Partido Republicano y tiró la toalla a las primeras de cambio, en octubre, mucho antes incluso de los caucus de Iowa, el pistoletazo de salida de las votaciones.

En junio de 2023, al lanzar su campaña, arremetió contra Trump por su rechazo a reconocer el resultado electoral. “El 6 de enero fue un día trágico en la vida de nuestra nación, pero gracias al coraje de las fuerzas del orden, la violencia fue sofocada, volvimos a convocar al Congreso. Ese mismo día, las imprudentes palabras del presidente Trump pusieron en peligro a mi familia y a todos en el Capitolio”, dijo entonces.

Los partidarios de Trump que asaltaron el Capitolio lo hicieron con “Colguemos a Mike Pence” como grito de guerra, incendiados por el propio presidente. “Mike Pence va a tener que cortar por lo sano y si no lo hace, será un día triste para nuestro país. Y Mike Pence, espero que te plantes por el bien de nuestra Constitución y por el bien de nuestro país. Y si no lo haces, voy a estar muy decepcionado contigo. Te lo digo ya mismo”, arengó ese 6 de enero Trump a las masas en un mitin antes de que se dirigieran al Capitolio. “Si Mike Pence hace lo correcto, ganamos las elecciones, nos convertimos en presidente y vosotros sois felices”, decía el aún presidente a sus seguidores cerca de la Casa Blanca, a unos dos kilómetros del Congreso.

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La ruptura desde entonces fue total. En ese primer acto de campaña de junio de 2023, Pence se extendió sobre el tema: “El pueblo estadounidense merece saber que ese fatídico día, el presidente Trump también me exigió que eligiera entre él y nuestra Constitución. Ahora los votantes se enfrentarán a la misma elección. Elegí la Constitución y siempre lo haré”, dijo. “Cualquiera que se ponga por encima de la Constitución nunca debería ser presidente de los Estados Unidos, y cualquiera que pida a otro que le ponga por encima de la Constitución nunca debería volver a ser presidente”, añadió.

El entonces candidato también utilizó buena parte de su tiempo en el primer debate republicano de las primarias, en agosto del año pasado en Milwaukee, para defender su lealtad a la Constitución al negarse a anular la victoria de Joe Biden en las elecciones de 2020. Recibió entonces el apoyo de la mayoría de sus rivales y se sintió reivindicado.

Una de las condiciones para participar en esos debates, a los que Trump no acudió, era precisamente firmar un compromiso de apoyar al candidato que finalmente resultase elegido por el Partido Republicano. Sin embargo, Pence incumple ahora ese compromiso por razones de conciencia. El exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, gran crítico de Trump, tampoco tuvo nunca intención de cumplirlo.

La que ha resultado principal rival de Trump en las primarias, Nikki Haley, tampoco pidió el voto de sus seguidores para Trump al retirarse de la carrera. En su lugar, dijo que Trump tenía que ganárselo y que no se sentía comprometida por un compromiso que firmó antes de que cambiara la dirección del Partido Republicano, en la que el expresidente ha colocado a sus fieles, incluida su nuera Lara Trump, al frente. “En esta cuestión, como en tantas otras, me guío por el buen consejo de Margaret Thatcher, cuando nos recomendó no seguir al rebaño y pensar por nosotras mismas”, se justificó entonces. La mayoría de los otros candidatos republicanos, incluido Ron DeSantis, sí han brindado su apoyo a Trump. Algunos de ellos, como Vivek Ramaswamy, Tim Scott y Doug Burgum, incluso parecen intentar hacer méritos por si pueden acompañar a Trump en la papeleta como candidatos a vicepresidente.

Trump se ha asegurado esta semana matemáticamente la nominación al alcanzar más de la mitad de los delegados que designarán al candidato en la convención de julio en Milwaukee (Wisconsin). Pero incluso después de retirarse, Haley aún logró un 13% de los votos en las primarias republicanas del Estado de Georgia. El rechazo de una buena parte de los votantes independientes y de un segmento de los republicanos es uno de los lastres del expresidente ante las elecciones del 5 de noviembre.

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