Los Ovnis que cuidan Tampico
Texto tomado del libro 101 Rumores y Secretos en la Historia de México escrito por Marcel Yarza.
Como en todos los países del mundo, en México los rumores sobre la presencia de seres de otras galaxias, es decir, extraterrestres, tienen una larguísima tradición. En todos los pueblos y ciudades hay personas que sólo han visto naves espaciales y pequeños enanitos verdes, sino que incluso han convivido durante años con ellos, percatándose sólo hasta los últimos días de su vida que estuvieron casados con un habitante de otro planeta.
Hay quienes aseguran, por ejemplo, que en Tepoztlán, el último día de año, aparece una nave interplanetaria, mientras otros afirman de los cerros de Malinalco tienen esa forma peculiar porque fueron tallados por las turbinas de una nave espacial que vino a la Tierra hace muchos años. No faltan, por supuesto, quienes aseguran haber sido raptados pro extraterrestres, ni quienes dicen saber que Carlos Salinas de Gortari es de otro planeta, ni los que juran que a Pedro Infante se lo llevaron a vivir a tora galaxia.
Pero el rumor más increíble de los que tienen que ver con la vida más allá de nuestra atmósfera es aquel que tiene como escenario Tampico Madero, el único puerto del golfo de México que no le tiene miedo a los huracanes pues está protegido por fuerza de otra galaxia.
Y es que dicen que cuando un meteoro de esa naturaleza se acerca a las costas de Tampico, como por arte de magia, como si algo se interpusiera en su camino, cambia intempestivamente su rumbo. Y esto, que lo cuenta toda la gente del lugar, lo confirma la historia, o quieres la narran.
Resulta que desde 1900 y hasta 1966, como precisión de relojero, cada once años las costas de Tampico fueron azotadas por la fuerza incontrolable de huracanes tan imponentes como incontrolables. Once años después, cuando la gente esperaba de nuevo el latigazo de la madre naturaleza, se avistó, una noche despejada, el arribo de una nave nodriza que descendió sobre la playa y que minutos después desapareció ante la mirada perpleja de los presentes.
Ese año, cuando los servicios meteorológicos anunciaron que un nuevo huracán se dirigía hacia el puerto, la gente se encerró en sus casas y se sentó a esperar. Pero la tormenta nunca llegó, nadie sabía explicar por qué se había desviado. Fue entonces que comenzaron a decir que la nave no se había ido, sino que permanecía en estado vegetativo e invisible, sobre la playa en la que aterrizó. Y afirma también que es ésta la que frustra los huracanes que se dirigen hacia el puerto más seguro del Golfo de México.
Desde entonces, hace ya casi cincuenta años, Tampico Madero nunca ha recibido los embates de ciclones enfurecidos, a pesar de que en más de diez ocasiones los servicios meteorológicos han asegurado que , ahora sí, tal o cual pegará sobre sus playas.