El PP avanza, Vox se recupera y la derecha ronda la mayoría absoluta
Si se repitiesen ahora las elecciones, la derecha estaría en disposición de conseguir lo que se le escapó el 23 de julio. Desde entonces, el PP muestra una tendencia al alza en intención de voto y, junto a Vox, UPN y Coalición Canaria, podría lograr los 176 escaños que proporcionan la mayoría absoluta, según el barómetro de octubre de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER, cuyos datos completos pueden consultarse aquí.
La encuesta se realizó inmediatamente después del fallido debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo y apunta a que la controversia sobre la posible amnistía a los encausados por su participación en el procés independentista catalán ha revitalizado a la derecha. Por una parte, el PP consolida la subida que se había detectado en el primer barómetro de 40dB. tras las elecciones. Y por otra, Vox, aquejado de una seria resaca por el 23-J, muestra una cierta recuperación. En la izquierda, el PSOE permanece más o menos estable, pero Sumar sale malparado de los acontecimientos del último mes.
El sondeo sitúa al PP dos puntos por encima de los socialistas, con el 34,2% de los votos, 1,1 más que en los comicios y cuatro décimas mejor que en septiembre. Eso reportaría al partido de Alberto Núñez Feijóo siete escaños más que el 23-J, hasta alcanzar 144. Vox minimiza las pérdidas registradas el mes anterior, en el que se había dejado 1,5 puntos respecto a la cita con las urnas. Aunque sigue cediendo casi el 8% de sus votantes al PP, mejora un poco en fidelidad, remonta ocho décimas, vuelve a situarse por delante de Sumar como tercera fuerza y se haría con 30 diputados, tres menos que en el nuevo Congreso. Con el parlamentario que conservaría la derecha foralista de Unión del Pueblo Navarro (UPN), ese bloque reuniría 175 escaños, a solo uno de la mayoría absoluta. Una simple abstención de Coalición Canaria, que seguiría con un representante, permitiría a Feijóo instalarse en La Moncloa.
El debate sobre la amnistía parece propulsar a la derecha, mientras la encuesta desvela algunos síntomas de debilidad en la izquierda. El PSOE apenas baja dos décimas en el último mes y se situaría en el 32,1%, cuatro décimas más que el 23-J, que se traducirían en tres escaños a añadir a los 121 logrados entonces. Más preocupante resulta el sondeo para Sumar. En septiembre se deja casi un punto. Ahora estaría en el 11,1% frente al 12,3% del 23-J y cedería hasta ocho de los 31 diputados que consiguió entonces.
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La encuesta detecta una creciente fuga de votos de la plataforma de Yolanda Díaz hacia el PSOE: el 8,2% de los que la apoyaron hace dos meses y medio se inclinaría ahora por la formación de Pedro Sánchez. Eso permite a los socialistas compensar una cierta caída en la fidelidad de su propio electorado, aunque de menor cuantía. De nuevo vuelve a percibirse la posibilidad de una pequeña fuga de votantes del PSOE hacia el PP, un 3,8% de los que escogieron su papeleta en los recientes comicios.
En el campo independentista, la encuesta vuelve a situar al alza a Junts per Catalunya, la formación en cuyas manos está la investidura de Sánchez. De volver a las urnas, agregaría uno más a sus actuales siete parlamentarios y recuperaría la hegemonía perdida hace cuatro años frente a sus competidores directos de ERC, que se mantienen en siete escaños.
La directora de 40dB., Belén Barreiro, advierte de que las diferencias entre bloques siguen estando muy ajustadas y dentro de los márgenes de error de la encuesta. Pero sí percibe una corriente de fondo que no duda en vincular a la controversia sobre la posible amnistía a los encausados por el procés como condición para la investidura de Sánchez. Y en ella inscribe uno de los datos más llamativos de la encuesta: el elevado número de ciudadanos —el 48% del total de encuestados y el 25% de los votantes del PSOE— que se inclinan por repetir elecciones. “El debate de la amnistía está muy desequilibrado, solo se oye a una parte, la de los que están en contra”, subraya Barreiro. “Es evidente que lo está ganando el PP. De la otra parte apenas está habiendo explicaciones, no hay personas de peso defendiéndola. Es una cuestión con una carga técnico-jurídica muy importante, pero también moral y política. El debate es imprescindible para el posicionamiento ciudadano, y el Gobierno necesita explicar su posición. No se puede descartar que después de un proceso de explicación haya ciudadanos que lo vean de otra manera”, añade.